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Tipos de Cobranza y estrategias de Cobranza en México

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Tipos de Cobranza y estrategias de Cobranza en México

Introducción a los tipos de cobranza, estrategias de cobranza y proceso de cobranza en México:

La gestión de cobranza es mucho más que un simple recordatorio de pago: es un proceso estratégico, estructurado y fundamental para la salud financiera de cualquier organización. Comprender los distintos tipos de cobranza, así como las estrategias de cobranza más efectivas y el proceso de gestión de cobranza, permite a las empresas anticiparse a la morosidad, optimizar recursos y mantener relaciones comerciales sólidas y sostenibles.

En México, el proceso de cobranza abarca desde la definición de políticas claras y la segmentación de clientes, hasta la implementación de tecnología y la capacitación del equipo encargado de recuperar pagos. Cada etapa —desde la cobranza preventiva, que busca evitar atrasos, pasando por la cobranza administrativa y extrajudicial, hasta la cobranza judicial— requiere tácticas y herramientas específicas, adaptadas a las regulaciones locales y a las mejores prácticas del mercado. La importancia de un proceso de gestión de cobranza bien diseñado radica en su capacidad para estructurar y optimizar la recuperación de pagos, reducir el índice de morosidad y mejorar el flujo de caja. Además, las estrategias de cobranza en México deben ser flexibles, medibles y controlables, integrando canales digitales, automatización, análisis de datos y una comunicación proactiva.

Los tipos de cobranza, las estrategias de cobranza y el proceso de gestión de cobranza son tres conceptos fundamentales y estrechamente interrelacionados en la administración financiera de cualquier empresa en México. Los tipos de cobranza se refieren a las distintas modalidades y etapas que puede adoptar la recuperación de pagos, como la cobranza preventiva, administrativa, extrajudicial, judicial, directa e indirecta, cada una con objetivos y métodos específicos según el perfil del cliente y la antigüedad de la deuda.

Las estrategias de cobranza efectivas son el conjunto de acciones, políticas y herramientas que se implementan para maximizar la recuperación de cartera, reducir la morosidad y mantener relaciones comerciales saludables, adaptando los métodos y canales a cada tipo de cobranza. Por su parte, el proceso de gestión de cobranza es la estructura organizada que integra los tipos de cobranza y las estrategias de cobranza en un flujo de trabajo sistemático, desde la definición de políticas y la segmentación de clientes, hasta la automatización de recordatorios, la negociación de acuerdos y el monitoreo de resultados. Juntos, estos tres conceptos permiten a las empresas anticipar problemas, optimizar recursos y asegurar una recuperación eficiente y profesional de los pagos pendientes. Mejora la relación con los clientes. Una gerencia de cobranza eficaz no solo se trata de recuperar deudas, sino también de mantener una buena relación con los clientes. Un enfoque profesional y amigable en el proceso de cobranza puede evitar tensiones innecesarias y garantizar que los clientes sigan siendo leales a la empresa.

¿Cuál es el mejor tipo de cobranza para una empresa mexicana?

Esta pregunta es fundamental para cualquier organización que busque optimizar su recuperación de cartera de cobranza, proteger su flujo de caja y alcanzar sus objetivos de cobranza en un entorno económico cada vez más desafiante. Sin embargo, la realidad es que no existe una única respuesta universal, ya que el mejor tipo de cobranza depende de una combinación de factores clave: el tamaño y sector de la empresa, el perfil y comportamiento de los clientes, la antigüedad y el monto de la deuda, así como los recursos internos y tecnológicos disponibles para la gestión.

En el mercado mexicano, donde la puntualidad en los pagos y la liquidez empresarial son desafíos constantes, es imprescindible que las empresas cuenten con un plan de cobranza bien estructurado y estrategias de cobranza adaptadas a cada etapa del ciclo de crédito. Los expertos y las principales fuentes del sector coinciden en que la cobranza administrativa suele ser considerada el mejor tipo de cobranza para la mayoría de los casos, especialmente en las primeras etapas de la morosidad. La razón es clara: permite gestionar internamente las deudas recientes, negociar acuerdos flexibles, personalizar el trato y mantener una relación directa y profesional con el cliente. Además, la cobranza administrativa es eficiente, menos costosa y más controlable que recurrir a instancias legales o a agencias externas, lo que la convierte en una opción preferida para empresas que buscan resultados rápidos y sostenibles.

Sin embargo, cada vez más especialistas y plataformas líderes como Debitia subrayan que la cobranza preventiva es, en realidad, el mejor tipo de cobranza para evitar que las deudas lleguen a la mora. La cobranza preventiva se basa en anticipar problemas, enviar recordatorios automatizados, educar al cliente sobre la importancia del pago puntual y segmentar la cartera para actuar antes de que el atraso ocurra. Esta estrategia ayuda a minimizar riesgos, reducir la morosidad y proteger el flujo de caja, al mismo tiempo que fortalece la relación comercial y la reputación de la empresa. Por ejemplo, implementar campañas de recordatorios por WhatsApp y email, ofrecer incentivos por pronto pago y monitorear indicadores clave como el DSO permite actuar de forma proactiva y evitar que las cuentas se conviertan en morosas.

En síntesis, el mejor tipo de cobranza para una empresa mexicana será aquel que combine una estrategia preventiva sólida con una cobranza administrativa ágil y profesional, adaptándose de manera flexible a las características y necesidades de cada cliente y cada etapa de la deuda. Para lograrlo, es fundamental contar con un plan de cobranza integral, que incluya políticas claras, segmentación de la cartera, automatización de procesos y capacitación continua del equipo de gestión. Además, apoyarse en tecnología especializada como Debitia permite centralizar la información, automatizar tareas repetitivas, personalizar campañas y medir resultados en tiempo real, maximizando la recuperación de cartera de cobranza y fortaleciendo la relación comercial.

Finalmente, no debemos olvidar que los tipos de cobranza —preventiva, administrativa, extrajudicial y judicial— y las estrategias de cobranza asociadas deben ser seleccionados y adaptados de acuerdo con los objetivos de cobranza y el contexto específico de cada empresa. Así, se puede garantizar una gestión de cartera de cobranza eficiente, predecible y alineada con los objetivos financieros y comerciales en el competitivo mercado mexicano.

Este artículo explora en profundidad los principales tipos de cobranza que se utilizan en el país, detalla las mejores estrategias para cada uno y presenta las claves para organizar un proceso de gestión de cobranza eficiente, profesional y alineado con los objetivos financieros y comerciales de tu empresa.

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¿Cuales son los tipos de cobranza que se utilizan en México?

Los tipos de cobranza los podemos definir de acuerdo a varios criterios, los tipos de cobranza se refieren a las estrategias y procedimientos utilizados para recuperar deudas pendientes de clientes morosos. Estos pueden variar según la antigüedad de la factura, el tipo de negocio, políticas de venta y recursos tecnológicos disponibles.  De esta forma podemos agrupar los tipos de cobranza por tres criterios:

  1. Según quien Efectuá el procedimiento de la cobranza: Directa o mediante tercerización
  2. Según el estado de la deuda: Cobranza Preventiva, Administrativa, Extrajudicial y Judicial
  3. Según el canal que se utiliza para recuperar la deuda: LLamadas, Email, SMS, WhatsApp, IVR,  Landings,  Push, Cartas.

El primer criterio es quién realiza la gestión: la cobranza puede ser directa, cuando la empresa gestiona internamente el cobro, o indirecta, cuando se terceriza a agencias especializadas. Esta decisión impacta en el control, la personalización y los costos del proceso.

El segundo criterio se relaciona con el estado de la deuda, dando lugar a tipos de cobranza como la preventiva, que busca anticipar atrasos y educar al cliente; la administrativa, que actúa en los primeros días de mora con recordatorios y negociaciones; la extrajudicial, que intensifica la gestión con notificaciones formales y acuerdos bajo advertencia legal; y la judicial, que recurre a procesos legales para recuperar deudas incobrables. Esta clasificación es fundamental porque cada etapa requiere estrategias de cobranza, canales y políticas distintas, desde la comunicación cordial y educativa hasta la documentación exhaustiva y la intervención de abogados.

El tercer criterio agrupa los tipos de cobranza según los canales utilizados para recuperar la deuda: llamadas telefónicas, correos electrónicos, SMS, WhatsApp, IVR, notificaciones push, cartas físicas, portales de autogestión y apps móviles. Elegir el canal adecuado para cada segmento de clientes y etapa de la deuda es clave para maximizar la contactabilidad, reducir costos y mejorar la experiencia del usuario.

La importancia de comprender y aplicar correctamente los tipos de cobranza radica en la posibilidad de diseñar estrategias de cobranza personalizadas, medibles y controlables, que optimicen recursos, reduzcan la morosidad y mantengan relaciones comerciales sólidas. Al integrar estos criterios en el proceso de gestión de cobranza, las empresas pueden anticipar problemas, segmentar clientes, automatizar recordatorios, negociar acuerdos y monitorear resultados en tiempo real, asegurando una recuperación profesional, eficiente y alineada con las mejores prácticas del mercado mexicano

1 – Tipos de Cobranza Según quien realiza el procedimiento de cobranza:

La cobranza directa y la tercerización son dos estrategias diferentes para gestionar la recuperación de deudas pendientes de clientes morosos y gestionar la cartera de cobranzas,  las principales diferencias entre ellas:

Cobranza Directa:

  1. Control Total: La empresa tiene control total sobre el proceso de cobranza, desde la gestión de la cartera de clientes hasta la recuperación de las deudas.
  2. Personalización: La empresa puede personalizar la estrategia de cobranza según las necesidades específicas de cada cliente, lo que puede ser beneficioso para aquellos con relaciones comerciales cercanas.
  3. Costos: La cobranza directa puede ser costosa debido a la necesidad de contratar y capacitar personal, adquirir hardware y software, y mantener un espacio físico.
  4. Eficacia: La eficacia de la cobranza directa depende de la experiencia y habilidades del personal encargado de la gestión de cobranzas.

Los tipos de cobranza según quién realiza el procedimiento —cobranza directa y tercerización— constituyen dos enfoques estratégicos fundamentales para la gestión de la cartera de clientes y la recuperación de deudas morosas. La cobranza directa es una estrategia de cobranza en la que la empresa mantiene el control total sobre el proceso, desde la gestión de la cartera hasta la recuperación de los pagos. Esta estrategia de cobranza permite personalizar cada acción según las necesidades y el historial de cada cliente, lo que resulta especialmente valioso para empresas que buscan fortalecer relaciones comerciales a largo plazo y mantener una comunicación cercana. Sin embargo, la cobranza directa puede implicar mayores costos operativos, ya que requiere invertir en la contratación y capacitación de personal especializado, así como en infraestructura tecnológica y física. Su eficacia depende en gran medida de la experiencia y habilidades del equipo encargado, lo que puede variar entre empresas. Este tipo de cobranza tiene que ver con quién realiza el cobro de la deuda. Al hablar de cobranza directa nos referimos a que eres tú o tu empresa quien realiza el cobro de la deuda, sin necesidad de intermediarios que no estén en tu planilla. En el caso de que optes por este tipo de cobranza te recomendamos que cuentes con un área especializada en esta gestión; asimismo, que implementes un software de cobranzas que optimice los procesos.

Tercerización:

  1. Transferencia de Responsabilidad: La empresa delega la responsabilidad de la gestión de cobranzas a un tercero, lo que puede reducir la carga de trabajo y los costos asociados.
  2. Especialización: Los terceros especializados en recupero de activos pueden tener mayor experiencia y habilidades en la gestión de cobranzas, lo que puede mejorar la eficacia.
  3. Costos: La tercerización puede ser más económica que la cobranza directa, ya que no requiere la contratación y capacitación de personal ni la adquisición de hardware y software.
  4. Flexibilidad: La tercerización permite a la empresa adaptarse a cambios en el mercado o en las necesidades de los clientes sin necesidad de cambiar su estructura interna.

Por otro lado, la tercerización o cobranza indirecta es una estrategia de cobranza que consiste en delegar la gestión de cobros a un tercero especializado, como una agencia externa. Esta alternativa ofrece ventajas clave como la transferencia de responsabilidad, la reducción de la carga de trabajo interna y la optimización de recursos, ya que la empresa no necesita invertir en personal ni en tecnología propia para la cobranza. Además, los terceros suelen contar con mayor experiencia, herramientas avanzadas y metodologías probadas, lo que puede traducirse en una mayor tasa de recuperación y eficiencia operativa. La tercerización también aporta flexibilidad, permitiendo a la empresa adaptarse rápidamente a cambios en el mercado o en el volumen de cuentas por cobrar, sin modificar su estructura interna. Sin embargo, implica ceder cierto control sobre la relación con el cliente y depender de la reputación y profesionalismo del proveedor externo.

Ambas estrategias de cobranza, directa y tercerizada, tienen ventajas y desafíos específicos. La elección entre una u otra debe basarse en el tamaño de la cartera, el perfil de los clientes, los recursos disponibles y los objetivos estratégicos de la empresa. En cualquier caso, integrar estas estrategias dentro del proceso de gestión de cobranza permite diseñar políticas claras, segmentar clientes, automatizar tareas y monitorear resultados, asegurando una recuperación eficiente, profesional y alineada con las mejores prácticas del mercado mexicano. Frente a la cobranza directa, se encuentra la cobranza mediante intermediarios. Esto quiere decir que tu empresa elige a un tercero para encargarse de la gestión de tu cartera. En este caso puedes optar por tercerizar parcial o totalmente la gestión de tu cartera. Una de las ventajas de esta alternativa, es que no tienes que invertir tiempo, recursos ni dinero en la implementación de un área de cobranzas; además, tienes la tranquilidad de que tu proveedor cuenta con el personal y las herramientas necesarias para realizar una eficiente gestión de tu cartera.

En resumen, la cobranza directa ofrece control total y personalización, pero puede ser costosa y depende de la eficacia del personal encargado. Por otro lado, la tercerización ofrece especialización, reducción de costos y flexibilidad, pero implica delegar la responsabilidad de la gestión de cobranzas a un tercero.

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2 – Tipos de Cobranza Según quien realiza el procedimiento de cobranza:

Se define a los los tipos de cobranza en base al las estrategias y procedimientos utilizados para recuperar deudas pendientes de clientes morosos. Estos pueden variar según la antigüedad de la factura, el tipo de negocio, políticas de venta y recursos tecnológicos disponibles. Los tipos de cobranza se dividen en tipo de cobranza preventiva, administrativa y judicial.

Cada tipo de cobranza tiene su propio objetivo, estrategia  y procedimiento, adaptados a las necesidades específicas de la empresa y los clientes. La cobranza preventiva se enfoca en prevenir la morosidad, la cobranza administrativa se utiliza para gestionar deudas tempranas y la cobranza judicial es la última instancia para recuperar deudas pendientes. Los tipos de cobranza se definen en función de las estrategias y procedimientos que las empresas utilizan para recuperar deudas pendientes de sus clientes morosos. Estas estrategias varían según la antigüedad de la factura, el tipo de negocio, las políticas de venta y los recursos tecnológicos disponibles, permitiendo a cada empresa adaptar su gestión a sus necesidades específicas. Los tipos de cobranza se agrupan principalmente en tres grandes categorías: cobranza preventiva, administrativa y judicial, cada una con objetivos, estrategias y procedimientos particulares.

Los tres tipos de cobranza relacionados al procedimiento de cobranza son:

  1. Tipo de Cobranza Preventiva: Se enfoca en prevenir la morosidad y mantener actualizado al cliente sobre su deuda. Se realiza antes de la fecha de vencimiento de la deuda y busca mantener las finanzas de la organización seguras. La cobranza preventiva es una estrategia proactiva que busca evitar que las cuentas entren en mora. Incluye acciones como recordatorios de pago, descuentos por pronto pago y envío de estados de cuenta periódicos. Su objetivo es minimizar los retrasos y fomentar el pago puntual.
  2. Tipo de Cobranza Administrativa: Se utiliza para gestionar el cobro de deudas que aún no han caído en moras o que tienen una mora temprana. Generalmente, se entiende como cobranza administrativa aquella que se encarga de cuentas que, como máximo, tienen 90 días de retraso. La cobranza administrativa es cuando gestionas el cobro de las deudas que aún no han caído en moras o que tiene una mora temprana. Generalmente, se entiende como cobranza administrativa aquella que se encarga de cuentas que, como máximo, tienen 90 días de retraso, por lo que fácilmente puede ser gestionado por el área de finanzas de una organización.
  3. Tipo de Cobranza Judicial: Es la última instancia para recuperar el producto de las ventas a crédito o plazos. Se utiliza cuando los deudores no responden a las medidas extrajudiciales y se requiere la intervención de un tribunal para recuperar la deuda.

Tipo de Cobranza Preventiva

La cobranza preventiva se enfoca en prevenir la morosidad y mantener actualizado al cliente sobre su deuda. Se realiza antes de la fecha de vencimiento de la deuda y busca mantener las finanzas de la organización seguras. El objetivo es prevenir la morosidad y hacer que una deuda sea más fácil de recuperar. La principal ventaja de la cobranza preventiva recae en hacer que una deuda sea más fácil de recuperar. Para una cobranza preventiva efectiva, es necesario que partas por segmentar a tu cartera; de esa manera puedes identificar a quienes aún no han caído en moras con facilidad. Asimismo, dentro de este grupo puedes realizar una segmentación en base a su comportamiento ante tus comunicaciones. Esta estrategia de cobranza es fundamental para proteger la liquidez de la empresa y fomentar una cultura de pago puntual, utilizando canales de comunicación proactivos como recordatorios automatizados por email, SMS o WhatsApp, y facilitando opciones de autogestión para los clientes. Cuando hablamos de cobranza preventiva nos referimos a cuando decidimos abordar la cobranza de la deuda antes de que el cliente caiga en el retraso de su pago. En este caso, la cobranza preventiva también es conocida como cobranza administrativa. Es aquella cobranza que inicia desde el momento del envío de la factura hasta antes de la fecha de vencimiento del pago. De esa manera, lo que se busca es que el cliente no caiga en mora, para lo cual se recurren a diferentes estrategias; por ejemplo, darle algún beneficio por pago anticipado.

Implementar un sistema de cobranza preventiva es esencial por varias razones. Ayuda a reducir el riesgo de que los clientes se retrasen o incumplan con sus pagos. Al estar al tanto de los vencimientos y realizar seguimientos, las empresas pueden evitar situaciones de impago y disminuir la cantidad de deudas incobrables. Un flujo de caja saludable es crucial para cualquier empresa. Con la cobranza preventiva, se asegura una entrada de dinero constante, lo que permite a la empresa cumplir con sus obligaciones financieras, invertir en su crecimiento y mantenerse competitiva.

La cobranza preventiva no solo se trata de cobrar deudas, sino también de mantener una relación transparente y cordial con los clientes. La comunicación constante y respetuosa permite que los clientes se sientan respaldados, lo que fortalece la relación comercial y la confianza mutua. Además, evitar que las cuentas se vuelvan incobrables o lleguen a la cobranza judicial ahorra tiempo y recursos. La cobranza preventiva es menos costosa y consume menos tiempo que la gestión de cobranzas después de que se ha producido el impago.

Tipo de Cobranza Administrativa

La cobranza administrativa se utiliza para gestionar el cobro de deudas que aún no han caído en moras o que tienen una mora temprana. Generalmente, se entiende como cobranza administrativa aquella que se encarga de cuentas que, como máximo, tienen 90 días de retraso, por lo que fácilmente puede ser gestionado por el área de finanzas de una organización. Es útil para tu equipo que, en este caso, no requiere la intervención de un tercero y puede ser gestionado de manera interna. Esta etapa busca recuperar rápidamente los pagos, reducir la morosidad y preservar la relación comercial con el cliente, apoyándose en la segmentación inteligente y la automatización de procesos para optimizar recursos.

La cobranza administrativa es fundamental para la gestión financiera de cualquier empresa, ya que asegura una recuperación eficiente de los pagos y contribuye a la estabilidad económica y operativa. Un proceso bien gestionado en esta etapa es clave para evitar pérdidas, mantener la liquidez y fortalecer la reputación comercial. Apostar por una gestión profesional, automatizada y centrada en la relación con el cliente es esencial para el éxito y la sostenibilidad a largo plazo. Todo esto se potencia cuando se entiende la cobranza administrativa como una de las etapas de la gestión de cobranzas. La gestión de cobranza es el proceso mediante el cual una empresa administra y recupera los pagos pendientes de sus clientes. Este procedimiento abarca desde el seguimiento y recordatorio de facturas y deudas hasta la toma de medidas legales si es necesario.

Si no hacés nada con tu cobranza administrativa, te exponés a varios problemas. Por un lado, la morosidad aumenta, ya que las deudas se acumulan y cada vez es más difícil cobrar. Además, el flujo de caja se complica, porque sin ingresos a tiempo no podés pagar a proveedores, sueldos ni invertir en tu negocio. También podés perder clientes, ya que una mala gestión puede dañar la relación comercial y tu reputación. Y, finalmente, lo que era un atraso simple puede terminar en la vía judicial, transformándose en un proceso costoso y desgastante. En cambio, si gestionás bien esta etapa, podés evitar todo esto y disfrutar de ventajas concretas.

Una de las principales ventajas de la cobranza administrativa es que te permite recuperar pagos de manera rápida y con mucho menos esfuerzo. Al actuar apenas hay un atraso, la probabilidad de cobro es mucho mayor y el proceso resulta menos costoso. Además, mejorás el flujo de caja, ya que tener ingresos previsibles te permite planificar y crecer sin sobresaltos. Otra ventaja es que mantenés la relación comercial. Cuando abordás el atraso con empatía y soluciones flexibles, el cliente siente que lo entendés y es más probable que siga haciendo negocios con vos. También evitás conflictos y costos legales, porque la mayoría de las deudas se resuelven en esta etapa, sin necesidad de abogados ni juicios.

Tipo de cobranza prejudicial (también llamada extrajudicial)

Es el siguiente paso cuando la deuda no se resuelve en la etapa administrativa y supera los 30 o 60 días de atraso. Aquí, la estrategia de cobranza se intensifica con notificaciones formales, cartas documento, reportes a burós de crédito y, en ocasiones, la intervención de agencias externas especializadas. El objetivo es persuadir al deudor y advertirle sobre las consecuencias legales de no regularizar la deuda, procurando siempre llegar a un acuerdo amistoso antes de recurrir a la vía judicial. Esta etapa es crucial porque permite maximizar la recuperación, minimizar costos legales y mantener abiertas las posibilidades de negociación, preservando la relación comercial cuando aún es posible. La cobranza extrajudicial busca mantener la transparencia y la posibilidad de llegar a un acuerdo amigable, pero con mayor presión para el deudor. El objetivo es maximizar la recuperación y minimizar el deterioro de la relación comercial antes de tomar medidas legales. La cobranza prejudicial es la forma más barata y rápida para cobrar a tus deudores, evitando el juicio de cobranza o cobranza judicial. La recuperación de la deuda en el procedimiento previo al juicio permite al acreedor evitar los costos del juicio (más allá de que pueden ser traspasados al deudor).

La cobranza prejudicial es la forma más barata y rápida para cobrar a tus deudores, evitando el juicio de cobranza o cobranza judicial. La recuperación de la deuda en el procedimiento previo al juicio permite al acreedor evitar los costos del juicio (más allá de que pueden ser traspasados al deudor). El primer paso de una cobranza prejudicial, es la redacción y el envío de una carta de cobranza, que puede ser en físico o por correo electrónico. En dicha carta se define un aviso final sobre la mora y todos los datos económicos relacionados. Por último, se recomienda establecer una fecha límite para el pago de la deuda. En esta etapa, se realizan esfuerzos para recuperar la deuda sin recurrir a procedimientos legales. Objetivo: El objetivo principal de la cobranza extrajudicial es recuperar la deuda de manera amigable y eficiente. Esto se logra a través de comunicaciones regulares con el deudor y la negociación de acuerdos de pago. Enfoque: La cobranza extrajudicial se enfoca en la comunicación directa con el deudor, utilizando recordatorios de pago, llamadas telefónicas y cartas para lograr la recuperación de la deuda.

Tipo de Cobranza Judicial

La cobranza judicial es la última instancia para recuperar el producto de las ventas a crédito o plazos. Se utiliza cuando los deudores no responden a las medidas extrajudiciales y se requiere la intervención de un tribunal para recuperar la deuda. La cobranza judicial se inicia cuando el deudor tiene al menos 90 días de deuda vencida. El proceso judicial puede ser costoso y tiempo consumido, pero es necesario cuando los deudores no responden a las medidas extrajudiciales. La cobranza judicial es un proceso legal formal que se inicia cuando un acreedor (en este caso, el edificio u condominio) no ha logrado recuperar un monto de dinero que se le adeuda a pesar de haber intentado todos los medios de cobro.

La cobranza judicial es un proceso orientado a recuperar las deudas a través de un procedimiento judicial. Consiste en realizar un juicio de cobranza donde un juez establece qué deuda debe ser saldada y emite un anuncio al deudor. Pasos a seguir en un proceso de cobranza judicial: Después de haber agotado todas las posibilidades de llegar a un acuerdo extrajudicial con el deudor, se puede considerar iniciar un proceso de cobranza judicial. El objetivo es resolver el problema de manera amigable y evitar los costos y el tiempo que implica un proceso judicial. Si todas las gestiones previas han sido infructuosas y el deudor no muestra disposición para pagar, puede ser necesario recurrir a la vía legal para recuperar la deuda.

Para iniciar una cobranza judicial:

  • Debe emitirse una demanda en los tribunales, a fin de cobrar una determinada deuda.
  • El juez tiene que emitir un fallo.
  • Si el fallo es a favor del demandante (es decir, la persona o entidad que exige el pago), la cobranza judicial se hará efectiva y se emite el comunicado de la corte.
  • El deudor moroso debe pagar en los plazos que determine la corte.
  • Puede ocurrir que se desestime el caso.

Es importante documentar todas estas gestiones y contar con pruebas de comunicación y notificaciones realizadas al deudor. Esta documentación será fundamental para respaldar el reclamo, en caso de iniciar un proceso judicial de cobranza.

La cobranza preventiva se enfoca en prevenir la morosidad y mantener actualizado al cliente sobre su deuda, mientras que la cobranza extrajudicial se enfoca en recuperar deudas pendientes de clientes morosos que no han respondido a las medidas preventivas y administrativas. La cobranza preventiva se realiza internamente por el departamento de cobranza de la empresa acreedora, mientras que la cobranza extrajudicial se realiza a través de empresas o agentes de cobranzas externos. Si las gestiones extrajudiciales no logran la recuperación del pago, la empresa puede recurrir a la cobranza judicial. En este caso, se inicia un proceso legal para exigir el cumplimiento de la deuda a través de demandas, embargos u otras acciones legales.

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3 – Tipo de Cobranza según el canal que se utiliza para gestionar la deuda:

Los tipos de cobranza según el canal utilizado para gestionar la deuda representan uno de los pilares más dinámicos y estratégicos en la gestión moderna de cobranzas en México. Elegir el canal adecuado no solo impacta la tasa de recuperación, sino que también influye en la experiencia del cliente y en los costos operativos de la empresa. Hoy, las mejores estrategias de cobranza integran múltiples canales, combinando métodos tradicionales y digitales para maximizar el contacto y la efectividad según el perfil de cada deudor y el tipo de deuda.

Entre los canales más comunes y efectivos se encuentran:

  • Llamadas telefónicas: Permiten una comunicación personalizada y directa, ideales para casos complejos o clientes con deudas importantes. Sin embargo, pueden resultar costosas y requieren personal capacitado, además de que algunos clientes pueden evitar responder llamadas desconocidas.

  • Email: Es un canal de bajo costo y fácil automatización, muy útil para enviar recordatorios, facturas y detalles claros de pago. Es especialmente efectivo para clientes corporativos, aunque puede perder eficacia si el mensaje se pierde en bandejas saturadas o no está bien redactado.

  • SMS: Ofrecen alto alcance y tasa de lectura, siendo ideales para recordatorios breves y directos, especialmente para clientes con trato frecuente. No requieren conexión a internet, pero están limitados en longitud y pueden ser ignorados si se abusa de ellos.

  • WhatsApp: Es uno de los canales más populares en México para la cobranza, gracias a su inmediatez, alta tasa de apertura y posibilidad de mensajes multimedia personalizados. Permite una gestión ágil y cercana, aunque debe usarse con respeto a la privacidad y horarios para evitar ser percibido como invasivo.

  • IVR (Respuesta de Voz Interactiva): Automatiza llamadas y permite gestionar cobros básicos 24/7, aunque puede resultar impersonal y limitado para casos que requieren negociación o empatía.

  • Landings y portales digitales: Facilitan el envío masivo de PDFs personalizados, permiten identificar intenciones de pago y capturar clientes potenciales para compras de cartera. Son muy útiles en campañas digitales y para clientes que prefieren autogestión.

  • Push notifications: Mensajes enviados directamente a dispositivos móviles, ideales para recordatorios inmediatos y de alta visibilidad, aunque requieren que el cliente tenga la app instalada.

  • Cartas físicas: Método tradicional que aporta formalidad y validez legal, útil para clientes que prefieren comunicación física o en casos donde se requiere dejar constancia, aunque es más costoso y lento.

La clave para una estrategia de cobranza efectiva es combinar estos canales de manera omnicanal, adaptando el mensaje, la frecuencia y el canal al perfil del cliente y al tipo de deuda. Por ejemplo, las llamadas pueden reservarse para montos altos o clientes difíciles, mientras que los canales digitales (WhatsApp, SMS, email) se emplean para recordatorios masivos, seguimiento y autogestión, logrando así reducir intentos de contacto y aumentar la tasa de recuperación.

La integración de tecnología y la automatización, como la que ofrece Debitia, permiten centralizar la gestión, programar envíos automáticos, monitorear la efectividad de cada canal y ajustar la estrategia en tiempo real, asegurando una gestión de cobranza eficiente, personalizada y alineada con las mejores prácticas del mercado mexicano

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¿Que es la Gestión de Cobranza? ¿Como organizar un plan de cobranza eficiente?

¿Que es la gestión de cobranza?, ¿como organizar la Gestión de cobranza?. Son preguntas que nos hacen a diario. La Gestión de cobranza eficiente tiene por misión transformar las Cuentas por Cobrar en activos líquidos lo más rápido posible, revirtiendo el efecto negativo en el flujo de caja o Capital de Trabajo de la empresa. El plan de cobranza eficiente, se basa en un proceso ordenado de pasos o etapas , que deberá ajustarse a cada tipo de empresa, industria o país, ya que no todas las empresas son iguales y los morosos tampoco. El plan de cobranza debe ser medido y controlado, por ello es clave utilizar reportes en tiempo real mostrando la evolución de los principales indicadores de cobranza. Como resultado, en base a estos indicadores o KPI´s de cobranza, poder ajustar el plan de cobranzas, ejecutando un plan de cobranza y haciendo eficiente el trabajo del equipo de gestión de cobranza.

Gestión de cobranzas en México, desafios y automatización inteligente de la cobranza y los tipos de cobranza:

Todo el proceso de gestión de cobranza en México, se adapta según la normativa, ley de cobranza de México, la gestión de cobranzas en México está regulada por leyes destinadas a proteger los derechos de los deudores y garantizar un proceso transparente. Las leyes que rigen las cobranzas en México incluyen disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Código Penal Federal. Además, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) desempeñan roles cruciales en la regulación y supervisión de las prácticas de cobranza. Ademas podrás administrar los distintos tipos de cobranzas, los tipos de gestión de cobranza pueden dividirse en cuatro etapas: cobranza preventiva, cobranza administrativa, cobranza extrajudicial y cobranza judicial.

El panorama de la cobranza en México es tan diverso como desafiante, y dominarlo requiere comprender a fondo los distintos tipos de cobranza, las estrategias de cobranza más efectivas y el proceso de gestión integral que conecta cada etapa. Como hemos visto a lo largo de este artículo, el éxito en la recuperación de pagos no depende de una sola táctica, sino de la integración inteligente de políticas claras, segmentación de clientes, capacitación continua del equipo, tecnología especializada y una comunicación proactiva y personalizada. Los tipos de cobranza —preventiva, administrativa, extrajudicial (prejudicial), judicial, directa e indirecta— permiten a las empresas anticipar problemas, adaptar el enfoque a la antigüedad y el perfil de la deuda, y elegir los canales más efectivos para cada caso, desde llamadas y emails hasta WhatsApp, SMS y portales de autoservicio.

Implementar estrategias de cobranza bien estructuradas facilita la reducción de la morosidad, mejora el flujo de caja y fortalece la relación con los clientes, al tiempo que reduce costos operativos y riesgos legales. La automatización y el monitoreo constante, apoyados en herramientas como Debitia, permiten centralizar la información, personalizar campañas y ajustar la gestión en tiempo real, asegurando que cada segmento de cartera reciba el tratamiento más adecuado. Además, la educación financiera del cliente, la detección temprana de irregularidades y la flexibilidad en los acuerdos son elementos clave para mantener una gestión preventiva y sostenible.

En definitiva, conocer y aplicar los diferentes tipos de cobranza y estrategias de cobranza en México es la mejor defensa contra la morosidad y la base para un crecimiento financiero sólido. Apostar por un proceso de gestión de cobranza profesional, automatizado y alineado con las mejores prácticas del mercado no solo protege la liquidez, sino que también impulsa la rentabilidad, la reputación y la sostenibilidad de cualquier empresa en el competitivo entorno mexicano

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Implementa un software que automatice tus cobranzas

La mejor forma de manejar tus comunicaciones por WhatsApp de forma efectiva, reducir tus costos de cobranzas y aumentar tu tasa de éxito en el cobro de tu cartera es implementando un software para gestión de cobranzas automatizado. En el caso de WhatsApp, la integración del software con esta herramienta te permitirá crear plantillas de mensajes y automatizar su envío según cada segmento de clientes; asimismo, te permitirá monitorear cada comunicación y tener métricas claras del alcance que estas han tenido.

Con Debitia podrás crear estrategias y campañas de cobro de acuerdo a la segmentación de tus clientes por su tipo de riesgo, etapa o el criterio personal que elijas, permitiéndote cobrar mejor y de manera automática. Dispondrás de los indicadores de gestión de empresa en todo momento. Tomar decisiones basadas en datos que permitan hacer crecer tu negocio. Enviar recordatorios de pago a través de email, SMS y mensajes de cobranza por whatsapp y utilizar tu propia web de cobros (portal de clientes) para recaudar los pagos de manera sencilla.

El  Sistema de Cobranzas Debitia administra carteras de cobranza de diversos tamaños  e industrias y permite el uso de estrategias de cobranzas que van a coordinar todo el proceso de cobranza que aquí explicaremos y que ayudan a recuperar la cartera de cobranza. Ademas está integrado a WhatsApp, lo que permite gestionar la cobranza con WhatsApp.

Estamos presentes en México y toda Latinoamérica.  Contamos con la experiencia de haber implementado Debitia en Empresas, Telcos, Bancos, Bancos Digitales y Fintech de Crédito en toda América Latina, cumplido con los estándares más altos de seguridad e integridad de la información. No deje los datos sensibles de su empresa en manos de software que no tienen probada experiencia en el mercado.

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Tipos de Cobranza Debitia

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